Mascarilla Facial De Colágeno Con Algas 110 Ml
Descripción
Una buena mascarilla facial que le dé calma a tu piel, la hidrate, la rejuvenezca y la desconecte de ti durante un buen ratito.
Lo que más nos gusta:
Pequeño pero matón: dice el refrán (o el dicho popular, mas bien). Que en los envases pequeños va la buena calidad, o algo así… En fin, que por pequeño que pueda parecer, le sacarás mucho partido.
Cuidador por defecto: no solo de tu piel, sino también del medio ambiente. Envase fabricado con plástico 100% reciclado y reciclable. Porque el reciclaje nunca debe ser una tarea de las que aplazas.
Natural como la vida misma: pero por suerte, te lo pone mucho más fácil. Compuesto con una fórmula libre de parabenos, aceites minerales o conservantes. Porque bastantes preocupaciones tienes como para estar leyendo los ingredientes de la mascarilla.
Lo que nos enamora:
Efecto renovador que provoca en la piel gracias a su fórmula con algas marinas que hidratan y le devuelven la elasticidad a tu cutis.
Textura yogur súper fresquita y suave que se desliza fácilmente por la piel y se absorve con facilidad. Para que la recuperación de tu rostro sea tanto o más rápida que tu ritmo de vida.
Aroma fresco que refuerza la sensación de renovación y le aporta sensación de descongestión a tu piel en su momento reset.
Los culpables de su encanto:
Extracto de fucus: es uno de los protagonistas de esta fórmula. Estimula la regeneración celular y favorece el aumento de la elasticidad, haciendo que la piel se sienta menos gruesa y más libre.
Extracto de laminaria: así como ocurre con el extracto de fucus, también potencia la elasticidad de la piel y trata los signos de envejecimiento en la misma, como pueden ser las arrugas. Además, le aporta minerales que restablecen su equilibrio.
Aceite de aguacate: hidratante donde los haya, contribuye a potenciar los efectos de las algas marinas y le da a la piel ese punto de suavidad que la tirantez y la sequedad le hicieron perder.
Colágeno: obviamente, es el rey de la fiesta. Actúa como refuerzo y es el encargado de darle un empujoncito a tu piel para que produzca colágeno de forma natural, propiciando así su reparación y protegiéndola de las agresiones externas.
¿Cómo usarla?
Como lo que es: un apoyo para el bienestar de tu piel. Para ello, es importante que la concibas como un -casi- imprescindible igual que haces con el lavado de dientes, por ejemplo.
Aplícala sobre el rostro limpio, tomando la cantidad que tu piel te pida. ¿Cómo saberlo? Es muy fácil: si aplicas una cantidad y sientes que no quedan todas las zonas cubiertas o se mantienen muy secas, aplica un poco más allá donde veas que no está del todo cubierto. Es importante abarcar, especialmente, las zonas donde sueles experimentar mayor sequedad. Es importante que evites la zona de los ojos, ya que como bien sabrás, son muy sensibles (y para hidratar las córneas ya existen otros productos).
Déjala actuar durante 5 a 10 minutos (a mayor tiempo, mayor probabilidad de lograr un efecto más satisfactorio) y retírala con agua tibia o fría, si eres capaz.
Truco de la casa:
Si tienes oportunidad, te recomendamos que antes de aplicar la mascarilla te des un pequeño masaje en el rostro con la leche limpiadora que suelas usar. El motivo de hacerlo es que, además de dejar la piel limpia para la mascarilla, así consigues que los músculos se relajen y tu piel absorba mejor los nutrientes de la susodicha.